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Entrevista a Alicia Vallejo

La educación requiere «Aprehender con nuestras manos, corazón y sentidos el mundo al que hemos llegado para ir dando respuesta a ¿Quién soy? ¿dónde estoy? ¿con quién estoy?¿qué podemos hacer juntos?»

Alicia Vallejo Salinas

Un poco sobre ella

Alicia es una de mis maestras. Como profesionales del aprendizaje, en nuestra vida nos encontramos con un montón de docentes, educadores, madres, padres, abuelos, maestras, profesores, maestros… personas con las que conectamos a distintos niveles. En este campo tengo amigos, colegas y maestras o maestros que han dejado huella en mí. Alicia es una de esas personas que hacen que mi práctica de aula brille un poco más, que me pregunte porqué soy maestro y para qué soy maestro.

Nuestro primer encuentro

No recuerdo muy bien el año, entre 2004 y 2006, yo estaba trabajando en la Escuela Infantil El Alba (Madrid) y empezamos a investigar sobre propuestas de aprendizaje en el aula relacionadas con distintos campos. Aquella escuela me regaló gran parte de qué maestro soy y me descubrió un mundo lleno de campos en los que indagar. Alicia, una de las formadoras activas de Acción Educativa nos regaló una reflexión profunda con la sencillez de su lenguaje: nada más maravilloso que observar su enorme capacidad para explorar y descubrir, hacerse hipótesis e indagar … ese inteligente proceso que va de la manipulación, a la observación, descubrimiento, exploración, repetición para comprobar, pequeñas variantes y variaciones … pudiendo aparecer en medio la sorpresa, la fascinación, el juego … pasando de lo científico a la estético, de lo cognitivo a lo emocional … nada más extraordinario que asistir a ese espectáculo de la acción libre y espontánea, del juego espontáneo, a partir de un ambiente creado con materiales interesantes dejados a su alcance.

Desde entonces, siempre he estado pendiente de su obra, bien a través de sus textos, de sus ponencias o de las experiencias de aula.

Alicia es niña, educadora, madre, pedagoga y abuela.

Respondiendo con sus palabras

ALAYA ¿Cómo y porqué empezaste en el mundo de la educación? Después de tu trayectoria profesional ¿El educador nace o se hace?

ALICIA Mi padre era un chico bajito de ojos azules que participó como socialista sanitario en la guerra. Mi madre, ácrata, estuvo por sus huesos hasta los cien años que consiguió irse a buscarle. Acababa de terminar la guerra mundial y un jueves nací yo en el seno de una familia republicana que adoraba la utopía. Era su tercera hija, decidió junto a su chica tener niños en casa hasta que se convirtieran en abuelos. Fuimos siete hermanos nacidos en el transcurso de 24 años. Era un volteriano convencido que creía en la infancia y en el aprendizaje cooperativo. Cada uno de nosotros teníamos un hermano a nuestro cuidado, para convertirnos en algo así como su “hada madrina”. Mi carrera empezó a los cinco años.

Soy educadora de profesión por casualidad. Tenía con una amiga un taller de escultura cuando la directora de un Jardín de Infancia de Cáritas me invitó, junto a Luis González Carreño, a organizar unos talleres de arte para las familias con participación infantil. Me presenté en La Fortuna, en el barrio de las Traperías. Y aluciné con la creatividad infantil y con las posibilidades que había de jugar y crear utilizando la basura. Disfruté mucho con Luis, un teatrero con su niño interior a flor de piel inventando propuestas. Así que conseguí quedarme de educadora. Aprendí muchísimo en esa comunidad educativa. En pleno despliegue industrial, junto a familias inmigrantes de origen extremeño, lumpen proletariado, que trataban de salir adelante como podían. Eran momentos de nacimiento y florecimiento de las Asociaciones de Vecinos. Niñas y niños eran responsabilidad de todas y todos y aquella “escuelita” un proyecto compartido que recreábamos cada día.

ALAYA ¿Un momento educativo que haya cambiado tu vida?

ALICIA Tenía cuatro años. Estaba en un colegio de monjas en la misma acera de mi casa. La madre Pilar nos dijo que cuando quisiéramos hacer pis levantásemos la mano y lo pidiéramos, ella decía: Sí. Y nosotras salíamos pasillo adelante al servicio. Pero no entrábamos por una puerta que tenía una cortina porque había un perro guardando la clausura que mordía. Así que salí y me fui a la puerta de la cortina. Y me mordió el perro. Volví aterrada a clase. Ella me acercó a la ventana y me dio “mercromina” en la “mordedura” y nos miramos mucho a los ojos, y de pronto, me dí cuenta que no me había mordido ningún perro, que ella me curaba y que las dos sabíamos que era mentira. Me sigue emocionando recordar a esta maestra, su fe respetuosa en mi, su complicidad: la verdad de la niña es lo que vive la niña, las criaturas siempre tienen “una” razón.

ALAYA ¿Crees en la educación como medio para hacer crítica? ¿Y como medio para mejorar el mundo?

ALICIA A pies juntillas. Creo en la enorme capacidad de las personas humanas para progresar movidas por nuestra búsqueda de felicidad. Por eso creo en la infancia. Todavía la “mala educación”, esa que te enseña a hacer lo que se debe hacer, no ha matado la fuerza del deseo de autorregularte a ti mismo y de probar, comprobar, experimentar todo aquello que te asombra o te fascina. Niñas y niños guardan el tesoro que las personas adultas perdimos y queremos recuperar, vivirán en un mundo desconocido para nosotros, son únicos, originales, tienen algo nuevo que no sabemos y que nos pueden enseñar. Soy una flaquita con tetas muy pequeñas que crecieron de pronto en el embarazo, y cuando con los familiares rodeándome cogí a mi hijo recién nacido y me encontré “embarazadísima” tratando de darle de mamar, sin saber cómo hacer aquello, mi hijo me dio la primera lección: se agarró al pezón y sacó el calostro. Había nacido un maestro. Luego fui observando que no necesitaba hacer uso de los ejercicios de psicomotricidad que cuidadosamente había preparado para hacer con él. Era un inventor de sí mismo muy ordenado que se desplegaba día a día ante mi. La sociedad cambia y se renueva con cada nueva generación. Solo aprendemos descubriendo nuestros errores. Nada es perfecto y el cambio es el padre de todas las sociedades mejoradas por los niños y niñas que nacen y no se conforman obedeciendo.

ALAYA ¿Qué requiere la educación en estos tiempos?

ALICIA Personas íntegras, sensibles, empáticas con la infancia.  Respetuosas, es decir, capaces de auto observar su tendencia aprendida a colonizar la mente infantil y descubrir el punto de vista de esa niña o de ese niño. Dispuestas a luchar para disipar su “adultocentrismo” y el ajeno, especialmente el de la clase política. Aprendiendo y enseñando, con las personas de 0 a 6 años, a desarrollar su propia sensibilidad ética y estética.

En general, todos los docentes tenemos que elevar nuestra autoestima profesional y reivindicar y vindicar nuestra profesionalidad. Junto a las familias somos los que tenemos legitimidad para decidir en este país cómo educar o qué enseñar. Hacemos dejación de nuestra función y obligación: hacer que los seres humanos seamos cada día más humanos.

A los políticos les corresponde legalizar nuestras decisiones y proporcionar los recursos necesarios. Ahora somos vasallos del poder, reproductores de un sistema con el que tal vez, muchas/os, no estamos de acuerdo, que obvia los Derechos de Niñas y Niños y los nuestros y no tiene en cuenta las Ciencias de la Educación. Por eso, tantas veces, el poder nos pone en tesituras que repugnan a nuestra conciencia y al código ético que debemos honrar.

Tirar los muros, abrirse al medio, dejarse de tanto afán por la representación del mundo, y presentarles el mundo natural, cultural, social, urbano, que está ahí, presente y no representado en imágenes, libros, presentaciones … Aprehender con nuestras manos, corazón y sentidos el mundo al que hemos llegado para ir dando respuesta a ¿Quién soy? ¿dónde estoy? ¿con quién estoy?¿qué podemos hacer juntos?

ALAYA Si pudieras viajar en el tiempo al momento en el que comenzaba tu carrera, ¿qué consejo te darías?

ALICIA La educación es un acto cocreativo que solo puedes realizar cooperando con tu equipo y las familias, haciendo política de lo cotidiano. Ábrete a tus compañeras, familias, barrio, municipio, y desde tu aldea planetaria a toda la galaxia. No estas sóla.

ALAYA ¿Algo imprescindible a tener en cuenta por un docente?

ALICIA La palabra docente no me gusta mucho en el ámbito de Educación Infantil, profesor, docente o enseñante es quien se dedica profesionalmente a la enseñanza, Eso hago yo cuando imparto formación permanente del profesorado o imparto algún área del Ciclo Formativo. Cuando actúo como docente creo que lo fundamental es transmitir una teoría aplicada a la práctica que permita actuar e interpretar lo observado en nuestras relaciones con la infancia. De nada vale saberse de memorieta las etapas de desarrollo de tal o de cual si no sabes verlo en la acción infantil diaria. Creo que un buen docente es quien te ensaña a mirar, a dudar, a interrogarte acerca de lo que piensas, haces y sientes.

Me siento más pedagoga, la “esclava” que acompaña a las niñas y niños al cole, es decir, la que hace lo que hoy llaman “de educadora infantil”. Y, en ese papel, creo que es imprescindible tener en cuenta que me falta mucho para ser una buena profesional al servicio del bienestar de esta o este niño. Conocer mis esclavitudes, liberar conciencia, corazón y cuerpo, para hacer aquello que más les beneficie hoy, aquí, ahora a “esta”, a “este” en concreto.

ALAYA ¿Qué es un niño?

ALICIA Una persona nacida de un cigoto humano, en proceso de hominización, durante sus seis -ocho primeros años de vida. Nace con capacidad de autoexpresarse y comunicarse biológicamente e interaccionar con las personas adultas (es un o una sujeto, con cierta personalidad propia, un agente que transforma el medio al que llegó), manteniendo un comportamiento de apego que despierta ternura y compasión en quienes colaboran satisfaciendo sus necesidades manifestadas a través de “señales” (expresadas mediante representaciones enactivas) que las personas adultas deben interpretar. 

Tras aproximadamente nueve meses ya es capaz de empezar a autorregularse y de expresar su capacidad de representar el mundo, atribuyendo significado a objetos y acontecimientos, imitando, estableciendo con sus cuidadores “diálogos de turnos”

No nace con un “yo” pero se lo va construyendo en interacción con las otras personas con quien vive experiencias recurrentes, interaccionando con los objetos, animales, espacio.

Es una persona que desarrolla un profundo sentimiento de confiabilidad básica (confianza en sí mismo, en la vida, en los “otros”) si encuentra a personas a quienes agradecer su salud, es decir, el bienestar completo que siente en su propio cuerpo, sensación inconsciente que le permite elaborar una autoimagen positiva de sí mismo,  gracias a los cuidados, consuelo, ánimos y comprensión recibida., capaz de ir, progresivamente llegando a aprender de ellos,  a cuidar de sí mismo, con autonomía y autorregulación, si es que le permiten desarrollar un sentimiento de autoestima (autosatisfacción por lograr hacer lo que se ha propuesto).

ALAYA ¿Qué necesita un niño para crecer? [o para ser feliz]

Imagen de sipa en Pixabay 

ALICIA Tener alguien que le ame, le cuide, se interese por él y comprenda sus manifestaciones “no verbales” dándole respuesta a sus demandas, proporcionándole el mayor número de ocasiones de moverse en libertad y seguir y conseguir su “deseo”.

Tener alguien que le acompañe en su libre exploración del mundo, un mundo real, sensible, que le permita experiencias de primera mano, observaciones multisensoriales, Tener alguien que le inicie en su capacidad de señalar y nominar ese mundo fascinante que despierta su asombro, su curiosidad.  Alguien que le muestre, le reconozca y le señale el producto de su propia “autoría”.

ALAYA Como habrás visto, nuestro logotipo es una caja. ¿Qué es una caja para ti?

ALICIA Una extensión de cartón, con ciertos cortes que permiten ensamblar y hacer un vacío que puede transformarse, a mi antojo, en contenedor, arrastre, disfraz, pieza de un todo.

ALAYA ¿Qué es para ti el juego?

ALICIA Una terapia natural que sigo necesitando para moverme con alegría, esperanza y libertad en un mundo y una historia como la que ahora nos está tocando vivir. Un instrumento creativo para desarrollar cada día mi resiliencia. Un principio psicopedagógico fundamento de la acción educativa, si no guía mi intervención el juego difícilmente cumpliré mi tarea: favorecer el desarrollo integral, pleno, armónico de cada una de las criaturas a mi cuidado. Junto con el Principio de Individuación y de Tarea compartida con la familia creo que son lo que convierte en educativo lo que sucede en mi interrelación con una persona de 0 a 6 años.

La capacidad de jugar y de intervenir a través del juego creo que es lo que diferencia una buena práctica educativa de otra mediocre (que puede que sea muy instructiva pero ¿educativa?) El juego solo tiene una finalidad: obtener placer y bienestar, devolverte a ti mismo el bienestar perdido.  Estoy en contra de una opinión e idea muy extendida hoy en las escuelas, hasta en las progres: no hay que intervenir en el juego. En la Etapa de Educación Infantil considero errónea esa actitud. El juego es una complicidad que crea un vínculo muy especial entre quienes juegan. Claro que, el juego es una interacción entre jugadores, por puro placer, democrática (¿vale que …?), siempre reglado por quienes intervienen en el juego. No es organizar juegos dirigidos, eso se llama “juegos” no es el juego como principio. Eso es organizar actividades lúdicas, es decir, divertidas, entretenidas. Es decir hacer algo opuesto al juego que siempre es en-si-mismado, con total entrega al presente, comprometido, nacido del interior, espontáneo.

ALAYA Cuéntanos tus próximos proyectos

ALICIA A mis 74 años, aprender a ser una abuela colaboradora en la función educativa de mis hijos, sobrinos, sobrinos nietos, vecinos …. Seguir dando la “murga” a favor de las niñas, niños y personas que cuidan su vida cotidiana diaria. Utilizar todos los medios a mi alcance para que no haya infancias sufrientes, hambrientas, explotadas, maltratadas, precarias … Expresar mis sentimientos empáticos.

ALAYA Recomiéndanos: Una película, una cita, un libro, un profesional de la educación y la infancia

  • Película: en tiempo de confinamiento me han encantado: Anne con “e”, Merli y Rita. Acompañada de unos estupendos cortometrajes: El viento entre las cañas, de Arnaud Demuynd, para niñas y niños, un canto a la libertad.
  • Cita: “Mil tratados de pedagogía no explican el llanto de un niño”, creo que es de Guitard pero no encuentro la fuente donde lo aprendí de memoria.
  • Un profesional de la Educación: Uff, hay muchos a los que he admirado … humm … Lola García de E.I. Arco Iris en Vallecas.

2 comentarios en «Entrevista a Alicia Vallejo»

  1. Me parece muy interesante esta entrevista por que nos ayuda a conocer aún más las funciones de un educador /a

    Sobretodo me gustó el apartado de que es un niño cuando dice que no es un «yo» que va desarrollandose es un ser aparte que aumenta su autoexpresion con el tiempo. Muy buena entrevista

  2. Un enorme placer leer esta entrevista. Bella mujer y sus reflexiones tan profundas sobre la infancia, la educación y el juego.

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